jueves, 9 de enero de 2014

Sentirse Agredido



El año 2010 viví en Chiloé. Lugar en el que inicié literalmente un proceso de transformación bastante agudo, del que no hubo vuelta atrás. Fue la decisión definitiva de ser feliz... cómo les contaba en la publicación anterior, fue decidir vivir como una aventura. 

No les voy a mentir... tuvo de dulce y de agras, logré algunas cosas y otras todavía las estoy trabajando (pasó con el tiempo que aquellas cosas que creía "superadas" volvieron a manifestarse, no una sino varias veces!). No fue como yo esperaba, no hubo elevación espiritual, ni ángeles, ni conversaciones divinas, ni siquiera logré meditar (el sólo hecho de sentarme a "poner la mente en blanco", hacía que mi cerebro hiciera una pataleta peor que la de un niño de tres años)... Lo único que logré es que se manifestara una otitis aguda que prevalece hasta hoy. 

¿Que pasó entonces?... Eso no lo supe hasta hace poco cuando dí una mirada al pasado. El estar decidida a cambiar mi vida y ser feliz fue un proceso mas o menos consiente (mas menos, que mas) de reconocer mi propia oscuridad, mis propias limitaciones y mis defectos... y me sentí profundamente agredida. Pensaba en esa época que era el resto del mundo el que me atacaba, pero hoy comprendo que nada puede agredirte, sólo tu mismo, incluso ante un ataque explicito. 

No era casual que muchos de los que estaban a mi alrededor, quisieran verme muy lejos, me odiaran o boicotearan todos y cada uno de mis proyectos. Cada una de estas agresiones no era mas que un reflejo de mi propia percepción de autoeficacia ante el trabajo, las relaciones sociales, la vida! Hacer consciente ese nivel de "auto maltrato", no hizo mas que ocasionarme una otitis insoportable y sostenida en el tiempo, literalmente no me lo banqué. 

Hoy, la otitis persiste, controlada, pero está. Ha sido un desafío enorme entender que no es "El mundo contra Andrea", que antes de sentirse agredido por una frase, reacción, situación, dinámica, etc, hay que detenerse y analizar si lo que el medio o el interlocutor te está diciendo es algo que piensas tú de ti mismo o es algo que le provocas tu al otro frente a un contraste gigantesco... Si es tu "yo" hablando, entonces reconoce esa oscuridad en ti, acéptala como aceptamos muchas cosas en la vida, sin juicio... es la única forma de iluminar esa esquina del alma que grita por también ser considerada.  


1 comentario:

  1. También tuve, tengo y tendré otitis.
    Llegué aquí sin quererlo, y solo he leído "sentirse agredido"

    Al leerlo, también sentí que fue como un reflejo de mi percepción.

    Un abrazo Andrea, eres una persona muy especial.

    ResponderEliminar