martes, 6 de mayo de 2014

San Pedro de Atacama: El Oscuro Tunel

Ojos del Salar - 30 km de San Pedro de Atacama

Camino a Catarpe, a unos 6 kilómetros de San Pedro (tal vez más), hay un gran letrero que indica una bifurcación en el camino, dice "Piedra Chocka - El Tunel". Mi destino inicial era la Quebrada del Diablo, pero me pareció atractivo conocer El túnel, había escuchado que salía al Valle de la Muerte y dado que era una buena hora pensé que sería atractivo terminar mi día viendo el atardecer sobre la Gran Duna.

Tomé ese rumbo, una subida muy empinada y en mal estado, la bicicleta exigida al máximo, yo también algo cansada por 5 días de pedaleo intenso. La noche anterior en el Carnaval de San Pedro no hacían más que resonar en mi mente y estaba triste aun, un terreno exigente era lo que necesitaba para despejar mi mente.

La vista del valle de Catarpe desde lo alto de los cerros es increíble... tomaba fotografías y pensaba que al llegar al Túnel sería mas fácil, sólo tenía que bajar.

Cuando llegué a la entrada del Túnel, la que no se ve hasta que no estás ahí mismo, la cosa no era como yo que esperaba... el túnel tenía al menos 100 metros de largo y al fondo se visualizaba algo que entorpecía el camino... no sabía si se podía pasar por arriba o que era... una roca?, un auto?, algo abandonado?, no me sentía tan segura de cruzar... estaba sola sin linterna. Mi mente daba vueltas y pasaban los minutos y en realidad no hacía nada, estaba ahí parada en la entrada. Me empecé a cuestionar el paseo, tal vez debería regresar a Catarpe, pero finalmente me dije que ya había recorrido suficiente para llegar ahí y que no cruzar sería una tontera... pero estaba muy oscuro...
Entré y sentí como mis ojos tuvieron que hacer un esfuerzo por acostumbrarse a la oscuridad, avancé con la bicicleta al lado y miraba el piso, no veía nada y sólo pensaba en que esa gran cosa que estaba en el medio del túnel se agrandaba y no sabía que era, traba de escuchar si es que había alguien... no había nadie, estaba completamente sola. Me acercaba a "esa cosa" en medio del túnel y ya no tenía luz, quise mirar para atrás pero no tuve valor, sentí mucho miedo, que pasaba si me quedaba encerrada en ese lugar, si no podía volver o salir. La "cosa" en el medio crecía y crecía ante mi vista... me estaba acercando a ella. Estiré mi mano para tocarla y me di cuenta de que era una gran roca, la podía pasar por el lado... y seguí.
Con la luz del fin del túnel, la oscuridad del interior se hizo mas densa, quería volver atrás pero en realidad no valía la pena, pero si antes no veía nada por falta de luz, ahora era la luz frente a mi la que no me dejaba ver y aun faltaban por lo menos 50 metros para cruzar. Sentí que entré en pánico y me detuve... estaba en medio de la oscuridad y al igual que en la entrada del túnel, no estaba haciendo nada... me calmé pensando que ya estaba ahí, que tenía dos opciones, hacer de ese momento un infierno o seguir adelante y disfrutar (en la medida de lo posible) la elección que había hecho.
Llegado el final del túnel, se fue la oscuridad y sentí un enorme alivio, sentí una gran felicidad y pensaba que ya no tendría que volver a pasar por ahí, ahora era yo y el Valle de la Muerte, yo el atardecer el la Gran Duna. Me subía a la bicicleta y comencé a pedalear... y recorrí y recorrí y recorrí... cruzaba cursos de agua secos, me adentraba en la quebrada, altos y cerros, arena y sal, era lo único que había en el camino.
Pedaleando, casi no pensaba en nada, escuchaba música a través de los audífonos y a veces cantaba o tarareaba algo, disfrutaba del paisaje y tomaba fotos, pero a la hora de pedaleo me empecé a inquietar, porque no llegaba a la Gran Duna y tampoco estaba bajando, en realidad caí en cuenta de que había andado en plano todo el tiempo, excepto a la salida del túnel, y me di cuenta de que no sabía donde estaba... traté de seguir un poco y comencé a errar en mis decisiones porque buscaba por aquí y por allá, trataba de seguir lo que creía un sendero y al poco andar caía en cuenta de que era un curso de agua seco... Estaba perdida.
Miré alrededor y no vi nada, ni el volcán, ni camino alguno, miré la hora y eran las 19:48... sólo tenía 40 minutos de luz y había recorrido mas de una hora, pensé que lo mejor era abandonar la idea del atardecer en la Gran Duna y deshacer camino, pero encontrar mi huella, dada las vueltas y revueltas que me había dado era muy difícil, me sentía desorientada, molesta, y angustiada, no me hacía gracias pasar una noche en el desierto sola, con frio, sin agua ni luz. Pedaleaba y rogaba por encontrar el camino de vuelta, casi no había luz y el desierto para ojos inexpertos parece igual en todos lados.
No se cuanto rato me tomó, sé que había poca luz pero encontré el lugar que me llevaría de regreso al Túnel y ahí estaba, con su gran boca negra esperándome... pensaba que me miraba y decía "Te perdiste". Derrotada, sin atardecer mágico crucé... y la verdad es que su oscuridad ya no me parecía tan aterradora, ya había estado ahí antes y sabía que no pasaba nada. Llegué al otro lado y miré la extensión del valle de Catarpe... "Te perdiste"... 
De la nada, veo que viene subiendo una mujer en bicicleta, de unos cuarenta y cinco años, sola, se detiene y me saluda en inglés y le pregunto si va a cruzar el túnel y me dice que no, que sólo subió hasta acá, y yo le explico que quería ir al valle de la muerte pero que tomé el camino equivocado y me perdí... ella me mira y me dice "Nunca estuviste perdida, sólo que tomaste un camino difícil, pero no equivocado, llegan todos a alguna parte, lo que pasa es que no sabías a donde ibas a llegar". Se despidió y se fue...