viernes, 10 de octubre de 2014

Dar lo mejor de mi...

Varios me han preguntado porqué razón no he escrito nuevas entradas en mi Blog. Para algunos de ustedes puede ser verdaderamente una bendición no saber de mi (aun que esto siempre es optativo, si no te gusta no lo leas), pero creo que esas personas que sí me han notado la ausencia, al parecer, aprecian lo que escribo y esto es para ellos.

No he escrito, no porque no tenga nada que decir, si no porque a través de este Blog pretendo mostrar algo útil de mi y si la inspiración no llega, la verdad es que el resultado puede ser desastroso. De hecho, en este mismo instante, no estoy tan convencida de que esta entrada pueda quedar cómo espero... 

Estos meses de silencio he estado haciendo (en resumen) una sola cosa: Dar lo mejor de mi... Se me vienen mis 30 años (cambio de folio) y me dio una especie de crisis de  la mediana edad pero de los 30... 

Sentí que se me acababa el tiempo y que aun había tantas cosas por hacer, que estaba en el mismo lugar que años anteriores, que no sabía nada, que no había hecho nada, que no he planificado nada, que ando sin rumbo, etc... y la verdad es que después de meses de silencio... estoy igual, sólo que entendí que no se me acaba el tiempo y que la vida no es una carrera frenética, ni una competencia de talentos donde gana el que cumple 30 con un "Grandes éxitos" y 20.000 copias vendidas... 

Lo cierto es que soy la ven... mis éxitos son modestos, no trabajo en una gran empresa, no soy jefa de jefes, no tengo auto, no tengo casa propia, no he viajado por el mundo, no sé hablar bien inglés, no puedo contar aventuras, no tengo un magister (menos doctorado)... 

Mis éxitos son intentar todos los días ser feliz, intentar que los que me rodean también lo sean (a veces no resulta porque el que no quiere, no quiere), intentar preparar a mi  hija (lo mejor que se pueda) para este mundo que está medio complejo, tratar de quererme todos los días un poquito más y, con ello, querer más al universo entero, sonreír cuando estoy cansada, pensar positivo cuando creo que algo es injusto o me agravia. Esos son mis éxitos... Dar lo mejor de mi... 




martes, 6 de mayo de 2014

San Pedro de Atacama: El Oscuro Tunel

Ojos del Salar - 30 km de San Pedro de Atacama

Camino a Catarpe, a unos 6 kilómetros de San Pedro (tal vez más), hay un gran letrero que indica una bifurcación en el camino, dice "Piedra Chocka - El Tunel". Mi destino inicial era la Quebrada del Diablo, pero me pareció atractivo conocer El túnel, había escuchado que salía al Valle de la Muerte y dado que era una buena hora pensé que sería atractivo terminar mi día viendo el atardecer sobre la Gran Duna.

Tomé ese rumbo, una subida muy empinada y en mal estado, la bicicleta exigida al máximo, yo también algo cansada por 5 días de pedaleo intenso. La noche anterior en el Carnaval de San Pedro no hacían más que resonar en mi mente y estaba triste aun, un terreno exigente era lo que necesitaba para despejar mi mente.

La vista del valle de Catarpe desde lo alto de los cerros es increíble... tomaba fotografías y pensaba que al llegar al Túnel sería mas fácil, sólo tenía que bajar.

Cuando llegué a la entrada del Túnel, la que no se ve hasta que no estás ahí mismo, la cosa no era como yo que esperaba... el túnel tenía al menos 100 metros de largo y al fondo se visualizaba algo que entorpecía el camino... no sabía si se podía pasar por arriba o que era... una roca?, un auto?, algo abandonado?, no me sentía tan segura de cruzar... estaba sola sin linterna. Mi mente daba vueltas y pasaban los minutos y en realidad no hacía nada, estaba ahí parada en la entrada. Me empecé a cuestionar el paseo, tal vez debería regresar a Catarpe, pero finalmente me dije que ya había recorrido suficiente para llegar ahí y que no cruzar sería una tontera... pero estaba muy oscuro...
Entré y sentí como mis ojos tuvieron que hacer un esfuerzo por acostumbrarse a la oscuridad, avancé con la bicicleta al lado y miraba el piso, no veía nada y sólo pensaba en que esa gran cosa que estaba en el medio del túnel se agrandaba y no sabía que era, traba de escuchar si es que había alguien... no había nadie, estaba completamente sola. Me acercaba a "esa cosa" en medio del túnel y ya no tenía luz, quise mirar para atrás pero no tuve valor, sentí mucho miedo, que pasaba si me quedaba encerrada en ese lugar, si no podía volver o salir. La "cosa" en el medio crecía y crecía ante mi vista... me estaba acercando a ella. Estiré mi mano para tocarla y me di cuenta de que era una gran roca, la podía pasar por el lado... y seguí.
Con la luz del fin del túnel, la oscuridad del interior se hizo mas densa, quería volver atrás pero en realidad no valía la pena, pero si antes no veía nada por falta de luz, ahora era la luz frente a mi la que no me dejaba ver y aun faltaban por lo menos 50 metros para cruzar. Sentí que entré en pánico y me detuve... estaba en medio de la oscuridad y al igual que en la entrada del túnel, no estaba haciendo nada... me calmé pensando que ya estaba ahí, que tenía dos opciones, hacer de ese momento un infierno o seguir adelante y disfrutar (en la medida de lo posible) la elección que había hecho.
Llegado el final del túnel, se fue la oscuridad y sentí un enorme alivio, sentí una gran felicidad y pensaba que ya no tendría que volver a pasar por ahí, ahora era yo y el Valle de la Muerte, yo el atardecer el la Gran Duna. Me subía a la bicicleta y comencé a pedalear... y recorrí y recorrí y recorrí... cruzaba cursos de agua secos, me adentraba en la quebrada, altos y cerros, arena y sal, era lo único que había en el camino.
Pedaleando, casi no pensaba en nada, escuchaba música a través de los audífonos y a veces cantaba o tarareaba algo, disfrutaba del paisaje y tomaba fotos, pero a la hora de pedaleo me empecé a inquietar, porque no llegaba a la Gran Duna y tampoco estaba bajando, en realidad caí en cuenta de que había andado en plano todo el tiempo, excepto a la salida del túnel, y me di cuenta de que no sabía donde estaba... traté de seguir un poco y comencé a errar en mis decisiones porque buscaba por aquí y por allá, trataba de seguir lo que creía un sendero y al poco andar caía en cuenta de que era un curso de agua seco... Estaba perdida.
Miré alrededor y no vi nada, ni el volcán, ni camino alguno, miré la hora y eran las 19:48... sólo tenía 40 minutos de luz y había recorrido mas de una hora, pensé que lo mejor era abandonar la idea del atardecer en la Gran Duna y deshacer camino, pero encontrar mi huella, dada las vueltas y revueltas que me había dado era muy difícil, me sentía desorientada, molesta, y angustiada, no me hacía gracias pasar una noche en el desierto sola, con frio, sin agua ni luz. Pedaleaba y rogaba por encontrar el camino de vuelta, casi no había luz y el desierto para ojos inexpertos parece igual en todos lados.
No se cuanto rato me tomó, sé que había poca luz pero encontré el lugar que me llevaría de regreso al Túnel y ahí estaba, con su gran boca negra esperándome... pensaba que me miraba y decía "Te perdiste". Derrotada, sin atardecer mágico crucé... y la verdad es que su oscuridad ya no me parecía tan aterradora, ya había estado ahí antes y sabía que no pasaba nada. Llegué al otro lado y miré la extensión del valle de Catarpe... "Te perdiste"... 
De la nada, veo que viene subiendo una mujer en bicicleta, de unos cuarenta y cinco años, sola, se detiene y me saluda en inglés y le pregunto si va a cruzar el túnel y me dice que no, que sólo subió hasta acá, y yo le explico que quería ir al valle de la muerte pero que tomé el camino equivocado y me perdí... ella me mira y me dice "Nunca estuviste perdida, sólo que tomaste un camino difícil, pero no equivocado, llegan todos a alguna parte, lo que pasa es que no sabías a donde ibas a llegar". Se despidió y se fue...
  
     

viernes, 7 de marzo de 2014

San Pedro de Atacama: Carnaval

Hace cinco días que estoy en San Pedro de Atacama. Mi viaje, como yo lo planifiqué, ha sido para pedalear, conoce y descansar. Llevo recorrido por lo menos 150 Km en bicicleta… viajar sólo es una experiencia increíble.

El martes en la noche después de un margarita en un pub del lugar, me invitaron a carretear a la casa de “el chicojona”, en el sector de Quitor, y accedí porque realmente no tenía nada más que hacer, al día siguiente tenía planificadas dos rutas fáciles… seguí mi instinto.

Desde el domingo en la noche que escuchaba a lo lejos un tambor con un acordeón y cantos de hombres y mujeres repetitivos e incesantes. Pensaba en ese momento que eran mochileros en búsqueda de experiencias místicas y con mucho copete y carrete en el cuerpo. Mientras caminábamos hacia Quitor, escuchaba el mismo tambor y cantos, cada vez más cerca y comenté en voz alta “¿te imaginas el carrete es en los tambores místicos?”, nos reímos de la idea pesando en que ellos estaban haciendo una catarsis, pero efectivamente el carrete estaba ubicado ahí. El Chicojona vive en el terreno que se presta ni mas ni menos que para la celebración local del carnaval de San Pedro de Atacama: esos eran los tambores y cantos.

La celebración misma es bien extraña, rondas, comparsas repetidas, juego de cantos entre hombres y mujeres, la mayoría de connotación sexual (doble sentido) y girar una y otra vez en un círculo al son del tambor y el acordeón. Por supuesto fuimos invitados a participar y a los 45 minutos de dar vueltas y vueltas, no podía parar de reírme… lo pasé realmente bien.


En un minuto, después de tanta risa, mi predecesor me mira y me dice “¿Qué es esto?” y yo respondí: ¡Una catarsis!. Bastó un segundo en llegar esa información a mi alma… bastó un segundo en ser procesada, y pude sentir como el alma se me partió en dos, me inundó un tristeza brutal… catarsis… y mientras giraba y giraba, sentía una gran pena, pero no estaba sola, estaba con el Carnaval…

domingo, 2 de marzo de 2014

Expectativas... Quién dijo que hay que tenerlas?

Hoy pensé en esto:
No esperes más de lo que los demás pueden y quieren entregar.

Hay un viejo proverbio chino que versa así: "El que da, da lo que puede y el que recibe, recibe lo que le dan". El desafío para muchos es ser feliz con lo que el otro entrega. Si no lo eres y estás siempre esperando que el otro te sorprenda positivamente... tal vez es hora de que pienses si el otro es para ti. Esto ocurre para ambos lados: No es bueno para ti sentirte constantemente desilusionado y no es justo para el otro que le exijas lo que tal vez no quiere o puede dar.

Está bien que los que nos rodean tengan la opción de ser como son... ahora, si la forma de ser del otro te agrede ese es otro tema...

Yo diría que esto es practicar el amor incondicional... Dejemos de esperar a que los demás nos sorprendan o nos quieran como nosotros queremos ser queridos... sin expectativas... sin controlar... Si necesitas más de otro DÍCELO, si no puede o quiere dártelo entonces hay otras cosas que evaluar.

jueves, 30 de enero de 2014

Distorsionar la Realidad

- ¿Cuanta gente se atendió en el Programa el año pasado?, pregunta el jefe. 
- Chuta... tendríamos que verificar cuántos asistieron a las actividades... - responde a tiempo el subordinado. 
- Mmmm... a ver a "esta" actividad... 
- ... Fueron 556 personas - se apresura en contestar el subordinado.
- Ahhh... 600 personas entonces - sentencia el jefe. 


Ante la mirada incrédula de un subordinado cuyo rigor metodológico no le permite comprender las razones que tiene el jefe para redondear cifras que simplemente "son", porque están registradas, pesa la capacidad que sólo tiene el ser humano de "distorsionar la realidad".

Aun que este pobre subordinado no lo quiera creer en realidad hacemos eso toda la vida, todos los días y a cada rato, de lo contrario Descartes no habría inventado el método científico, no se ofrecerían programas de doctorado y postdoctorado, no se entregaría dicha instrucción en las universidades... pero lo cierto es que todo se va al carajo cuando no existe la voluntad de reconocer la verdad, porque en general trabajamos bajo la premisa de la confianza. 

Colgado, el subordinado se va a su casa después del trabajo, se siente aliviado pues en casa estará tranquilo, en paz, lo espera su familia y todo ahí es perfecto, casa, hijos, mujer, cosas, auto, vacaciones, comida, televisión, el futbol. 

Llega a casa y decide tomarse un baño tal vez ahí pueda pensar mejor. En la intimidad de la tina piensa que tal vez él no contó bien, que tal vez el jefe está contabilizando a otros que el no vio... si... eso es, el no los vio. 

A salir de su relajante baño, mientras el vapor se disipa de sus ojos, mira al rededor y ve que en la casa no hay nada ni nadie... al parecer hace días, meses, tal vez años. 

Parece que tanta instrucción y teoría han fallado... 

miércoles, 15 de enero de 2014

En pelota...





La idea original del este espacio, era crear un momento íntimo entre yo y yo, o yo y otro con quien quisiera compartir mis ideas, configuré los espacios de la publicación para que estos no salieran a la luz, de hecho así sucedió con la primera publicación, mas no con la segunda... 


Sólo me di cuenta cuando me llegó la notificación aquella de G+, alguien por ahí decidió poner un 1+, y caí en pánico, borré lo que había escrito, bajé el blog y con eso parecía que ya había acabado con el problema... Me sentí profundamente expuesta y pensaba en qué iban a opinar otros de lo que había escrito, estaba en pelota. 


Me pegué el "alcachofazo" de que llevo años haciéndolo, ocultándome detrás de Proyectos, trabajos con horribles horarios y el nacimiento de mi hija fue la excusa perfecta para desaparecer definitivamente de varios círculos. Con el tiempo me he dado cuenta de que invisibilizarse requiere no sólo un poco de esfuerzo, también necesita consistencia, y es ahí donde yo fallaba incansablemente, con un pié acá y el otro allá, no quiero que me vean pero si... 

¿Cómo me di cuenta? Porque cuando le comenté a una amiga que se había publicado algo personal que había escrito en mi Blog ella mi dijo "¿Tú eres weona o te haces? Cuando uno escribe cosas privadas las hace en un cuaderno.... NO EN LAS REDES SOCIALES!". Siempre se agradece la sinceridad de una amiga para aclararte aquellas cosas que presentan inconsistencia entre tu discurso interno y el externo, pensé en ese mismo instante que tenía que tomar una decisión, porque son estas las cosas que terminan por transformarnos en "minas" mas de lo necesario. Tanto "si, pero no" va a terminar por acabar con mis proyectos y deseos. 

Así que aquí está... este espacio es para ustedes. Es hora de ser como se es.

(PD: La de la foto no soy yo... no pidan tanto.) 

     

jueves, 9 de enero de 2014

Sentirse Agredido



El año 2010 viví en Chiloé. Lugar en el que inicié literalmente un proceso de transformación bastante agudo, del que no hubo vuelta atrás. Fue la decisión definitiva de ser feliz... cómo les contaba en la publicación anterior, fue decidir vivir como una aventura. 

No les voy a mentir... tuvo de dulce y de agras, logré algunas cosas y otras todavía las estoy trabajando (pasó con el tiempo que aquellas cosas que creía "superadas" volvieron a manifestarse, no una sino varias veces!). No fue como yo esperaba, no hubo elevación espiritual, ni ángeles, ni conversaciones divinas, ni siquiera logré meditar (el sólo hecho de sentarme a "poner la mente en blanco", hacía que mi cerebro hiciera una pataleta peor que la de un niño de tres años)... Lo único que logré es que se manifestara una otitis aguda que prevalece hasta hoy. 

¿Que pasó entonces?... Eso no lo supe hasta hace poco cuando dí una mirada al pasado. El estar decidida a cambiar mi vida y ser feliz fue un proceso mas o menos consiente (mas menos, que mas) de reconocer mi propia oscuridad, mis propias limitaciones y mis defectos... y me sentí profundamente agredida. Pensaba en esa época que era el resto del mundo el que me atacaba, pero hoy comprendo que nada puede agredirte, sólo tu mismo, incluso ante un ataque explicito. 

No era casual que muchos de los que estaban a mi alrededor, quisieran verme muy lejos, me odiaran o boicotearan todos y cada uno de mis proyectos. Cada una de estas agresiones no era mas que un reflejo de mi propia percepción de autoeficacia ante el trabajo, las relaciones sociales, la vida! Hacer consciente ese nivel de "auto maltrato", no hizo mas que ocasionarme una otitis insoportable y sostenida en el tiempo, literalmente no me lo banqué. 

Hoy, la otitis persiste, controlada, pero está. Ha sido un desafío enorme entender que no es "El mundo contra Andrea", que antes de sentirse agredido por una frase, reacción, situación, dinámica, etc, hay que detenerse y analizar si lo que el medio o el interlocutor te está diciendo es algo que piensas tú de ti mismo o es algo que le provocas tu al otro frente a un contraste gigantesco... Si es tu "yo" hablando, entonces reconoce esa oscuridad en ti, acéptala como aceptamos muchas cosas en la vida, sin juicio... es la única forma de iluminar esa esquina del alma que grita por también ser considerada.